Huellas francófonas por acá y por allá...

Se denomina “Francofonía” a los países, individuos o comunidades que utilizan habitualmente el idioma francés.

La palabra “Francofonía” fue acuñada por el geógrafo Onésimo Reclus en 1880, para  describir la comunidad lingüística y cultural del imperio colonial francés.

Onésimo Reclus, estimaba que esta palabra determinaría la expansión colonial de Francia, prometiéndole al desarrollo de la lengua francesa  un porvenir mundial.

En la actualidad, la francofonía se ha liberado de esta connotación colonial para designar dos realidades diferentes pero complementarias:

En un sentido amplio, utilizada con minúscula (francofonía): engloba el conjunto de acciones de promoción del francés y de los valores democráticos que transmite.

En un sentido institucional, utilizada con mayúscula (Francofonía): califica a la organización internacional que reagrupa la comunidad de 70 países y gobiernos francófonos que han elegido unirse a su Carta.

La Francofonía, es una organización con vocación universal, esencialmente una comunidad abierta al mundo, así como a los pueblos y a las culturas que lo componen. El término fue particularmente popularizado por Léopold Sédar Senghor, primer Presidente de Senegal y uno de los padres fundadores del movimiento en los años 1960, que presagiaba: “A través de sus gobernantes, son los pueblos los que empujan a los gobiernos a ir más lejos. Deberíamos reunir en una asociación interparlamentaria, los parlamentos de todos aquellos países en los que se hable francés”.